lunes, 27 de junio de 2016

Una página en blanco

Intervención del presidente de Alas de Papel en la 

entrega de premios del IV Certamen Literario María Carreira


Una página en blanco es a lo que nos enfrentamos a diario en nuestras vidas. Hay que escribir esa página no una vez, sino muchas. En ocasiones lo hacemos con pulso firme. O con mano temblorosa. Con una bonita caligrafía. O echando un borrón. Acariciando las teclas. O aporreando el teclado.

Y bien, ¿qué estamos haciendo hoy aquí? En mi opinión, estamos celebrando la literatura. El hecho de leer y de escribir. La pasión de narrar, tan antigua como el ser humano. Hoy, aquí, estamos acabando de escribir una página en blanco, la del IV Certamen Literario María Carreira. 

Las primeras letras aparecieron con la convocatoria del certamen y luego, poco a poco, se ha escrito su historia con todos y cada uno de los 104 relatos presentados a concurso. Falta el párrafo final, el desenlace. Y eso es lo que estamos haciendo hoy. Así que todos los aquí presentes, y quienes no han podido estar con nosotros, pasamos a ser personajes de la historia de esta cuarta edición del  certamen. Cerrando una página que en su día estuvo en blanco.

Por cierto, la página en blanco es uno de los grandes mitos de la literatura. El bloqueo del escritor es un recurso de lo más lucido para, precisamente, contar una historia. Se me viene a la cabeza, por ejemplo, uno de los últimos bombazos editoriales del mundo globalizado: La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker. Que empieza con un escritor bloqueado y acaba muriendo hasta el gato. Ya ven, la página en blanco puede ser un arma letal.

Y si creen que exagero, más claro lo tenemos en el cine. ¿Qué hacía Jack Nicholson en El resplandor antes de coger el hacha? Pues sí: intentaba escribir una novela.

No sé si las familias de los autores que han participado en este certamen tienen experiencias parecidas: una página en blanco y, de repente, un ser querido se transforma en una alimaña. Puede que esas vivencias domésticas sean un gran material literario.

Pero este gran problema también tiene grandes remedios. ¿Y dónde los encontramos? Por supuesto, en Internet. He dado con un blog que nos ofrece una receta en cinco pasos para superar el bloqueo literario:

1.- Dejar de escribir y hacer otra cosa durante un período de tiempo. Bueno, para este viaje igual no hacen falta ni alforjas.

2.- Probar la escritura libre, sin atender a la ortografía ni a la gramática. Creo que hay escritores consagrados que practican la escritura libre sin ni siquiera saberlo.

3.- Darse permiso a uno mismo para escribir, hacerlo mal y equivocarse. Esto me suena hasta sensato.

4.- Crear mapas mentales de la historia. Es como un GPS literario.

5.- Evitar volver a bloquearnos. Y si lo hacemos, volvemos al punto uno.

Me parece que estoy a punto de bloquearles a todos ustedes. Así que lo mejor va a ser que el acto continúe, no sin antes dar las gracias a cuantas personas e instituciones hacen posible este certamen literario. Yespecialmente a mis compañeros de Alas de Papel, sin  los que  nada sería posible: María José Amador, Marisa López, Fanny Beaudoin, Carmen María Herrera, Rafael Ruiz, Alfonso Pérez, Araceli Ruiz, Juan Luis Reina,  Mercedes Suárez y Ana Monteza. 

Esta página en blanco se escribe de muchas maneras. Y todas son imprescindibles.

Salvador Rivas

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