lunes, 14 de octubre de 2019

Crímenes, crisis y diacronías


Compartir con Cristóbal Romero un intercambio de impresiones sobre el acto literario es un lujo. Porque él ha sabido materializar con notable éxito, desde su primera obra, la ilusión que supone llegar a multitud de lectores. Porque decide el tipo de historia que quiere contar y lo hace con una claridad y una honestidad literaria admirables. Porque consigue que sus lectores se lo pasen bien con sus novelas. Ha logrado en pocos años lo que la gran mayoría de los escritores no alcanza nunca. Para mí, que procuro seguir su ejemplo, Romero no es un héroe a la manera homérica, sino un antihéroe con valores, criterio propio y coherencia, tal como los grandes protagonistas del género negro (y aquí procuro llevarme el agua a mi molino...).

El pasado diez de octubre ambos nos reunimos en Antequera con un nutrido grupo de amantes de la literatura, en la apertura del ciclo Diálogos Literarios, organizado por el colectivo Alas de Papel. Charlamos largo y tendido, entre nosotros y con las personas que participaron en la actividad. El punto de partida era la publicación de la segunda novela de Cristóbal Romero, Asesinato en la catedral (Ediciones del Genal, 2019), tras la exitosa Malacitanus (2016), y de Playa del Gato (Ediciones del Genal, 2019). De esta última obra soy el autor, una micronovela de 10.000 palabras incluida en la colección Manguta de Libros.

Cristóbal Romero (izquierda) y Salvador Rivas

La novela de Cristóbal Romero contiene crímenes, se desarrolla en tres líneas temporales que abarcan 2.000 años y tiene su nudo en la Málaga de los años 50, con una población depauperada por las graves carencias de la posguerra. Por su parte, Playa del Gato ancla su historia en los últimos veinte años, especialmente durante la durísima crisis económica que hemos sufrido, comienza con una muerte sospechosa y los continuos saltos en el tiempo dan forma a la narración. 

Romero firmó ejemplares de "Asesinato en la catedral"

Crímenes, crisis y diacronías son elementos comunes a ambas obras. Y por supuesto, también hay diferencias. La primera de ellas, la extensión: 300 páginas para Asesinato en la catedral frente a 10.000 palabras de la micronovela. Y las preferencias como autores, de las que sin duda deriva la maduración de unos estilos propios y el modo de tratar las tramas: el antecedente de Agatha Cristhie en el caso de Cristóbal Romero, más apegado a los fundadores del género negro en lo que a mí se refiere.

Rivas, conversando con una lectora sobre "Playa del Gato"

Valga como valiosa conclusión de estas líneas que todas estas cosas, y muchas más, se comentaron el pasado jueves en Antequera. Que fue muy divertido. Y ahora, salgan y diviértanse con la literatura.


Salvador Rivas

El escenario de Diálogos Literarios fue la Biblioteca Municipal de San Zoilo

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