Alberti llega al aeropuerto de Barajas en 1977 |
“Yo me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta, en señal de concordia entre todos los españoles”. Se le veía sonriente, en el último peldaño de la escalerilla del avión, a punto de pisar de nuevo su patria. Era un anciano de casi 75 años, de buen porte, elegantísimo, con una melena cana que flotaba sobre los hombros. A su izquierda se leía claramente “Alitalia”. A su derecha, a uno metros de distancia, al contraluz, desenfocado, observaba un guardia.