Son tus huellas el camino

Sor Santo, el personaje real del relato "Entre caminos", de Ana Monteza, que forma parte de "Hotel Barbacanas"

Convento de Santa Catalina, Antequera

 

Cuando llegué por primera vez a Antequera, me informaron que había un santo peruano, compatriota mío, en la iglesia de Santa Catalina. Se trataba de San Martín de Porres, más conocido por estos lares, como Fray Escoba. Solo podía acudir los días miércoles que abrían el templo, y eso hice.

Después de rezarle, noté que había una habitación separada por una ventana de rejas, casi en penumbra. Dentro, una monja de la orden religiosa de las Dominicas, algo mayor, de baja estatura y con el rostro más dulce, me sonreía y pasaba sus dedos por una de las rendijas a modo de llamarme y saludarme.

Se trataba de Sor Santo Domingo, quien ella misma solicitaba que la llamaran Sor Santo, pues era más corto y más cómodo.

Desde ese día, nos hicimos amigas. Todos los miércoles asistía a rezar a Fray Martin y a charlar con mi nueva amiga. Era muy solícita y amable, su rostro siempre resplandecía y jamás mostró señales de molestias o dolor a pesar de padecer una cojera.

Mucha gente la apreciaba, todos querían conversar con ella y saludarla. A veces, mientras estábamos charlando, miraba que otras personas hacían turno para verla.

Esta es la Sor Santo de mi relato Entre Caminos del libro Hotel Barbacanas. Es mi único personaje al cual he puesto su mismo nombre y he procurado ceñirme fielmente tanto a su descripción física como a su esencia como persona.

El día que falleció, yo estaba fuera de España y al enterarme sentí mucho no poder estar presente y despedirme de ella. Agradecerle por esa gran acogida que me brindó en los primeros años de adaptación que yo pasaba en esta ciudad.

Por eso hoy, quiero aprovechar la oportunidad para plasmar aquí un poco de su ser, de su recuerdo, de todo lo que aportó en mi persona y estoy segura, que en la de mucha gente de la ciudad.

Allá donde estés, de corazón, gracias Sor Santo, por brindarme tu amistad y significar tanto en mi vida.

Ana Monteza